Era de esperarse que el cambio tecnológico de los años ’90 transformara el mundo para siempre. Sin embargo pasó algo curioso: las tiendas físicas y sus rivales volcados al e-commerce coexistían casi pacíficamente. Algunas firmas se animaron con todo al nuevo mundo creado por el ciberespacio y apostaron todo al e-commerce, mientras que otras eligieron desarrollar sitios simples que le permitieran a sus clientes conocer qué hacían y qué vendían. ¿Significó un cambio en el negocio? Los clientes seguían exigiendo calidad y servicio; la promoción y la publicidad seguían siendo ingredientes claves en el marketing mix; las firmas aún debían hacer llegar sus productos a los consumidores. La tecnología debía ser implementada en forma correcta: aún existía una necesidad de integrar la faceta online con los negocios físicos.
Lentamente los negocios comenzaron a poner el foco en cómo ser exitosos con la tecnología. A partir de allí ciertos elementos asociados con el éxito del e-commerce comenzaron a emerger:
- Acercarse al consumidor
– Brindar contenido útil, relevante y actualizado
– Ser rápidos y precisos
– Comprender las limitaciones
– Alinear el negocio online con los procesos clave e integrarlos con la tecnología
¿En qué estado están las tiendas físicas y las “cibertiendas”?
No es nuevo para nadie que Internet ha provocado grandes modificaciones en varias ramas de negocios: el correo electrónico está reduciendo considerablemente el uso del correo convencional, mientras que las tiendas de películas -tanto las barriales como las grandes empresas como Blockbuster- se vieron golpeadas por la presencia de alternativas online, como lo son Netflix y el renombrado sitio argentino Cuevana. Lo mismo ocurre con tiendas de música: varios gigantes han caído, mientras que otros, como Musimundo, se ven obligados a extender su línea de productos, alejándose un poco de su esencia.
No hay que dejar de mencionar la batalla que aún le están dando los diarios de papel a Internet, como también las editoriales y sus publicaciones. Algunos aseguran que es cuestión de tiempo para que la Web termine por torcerle el brazo al papel, aunque otros no conciben un mundo sin las copias físicas de sus libros favoritos.
La clave está en reinventarse
En los tiempos que corren es necesario estar siempre un paso adelante. Esto implica que todo emprendedor debe ser capaz de re-crearse para poder avanzar. A partir de esta premisa es posible tomar algunas reglas simples:
- Priorizar nuestras pasiones: es esencial tener en cuenta cuáles son nuestras pasiones y capacidades para poder explotarlas de la mejor manera posible
- Hacer y aprender: no se trata de estar en el laboratorio años y años para salir a la luz. La mejor forma de lograr buenos resultados es hacer. El ciberespacio es un lugar en el que las reglas no aplican y todo puede ser un éxito o un fracaso. Teniendo en cuenta esto no hay errores posibles…salvo no hacer nada, por supuesto
- Ingresar al mundo online: la tecnología es accesible y la información está ahí para todos. Es cuestión de empaparse y aprender a sacar provecho
- Comenzar de cero: antes la idea de empezar de cero era simplemente inconcebible. Hoy es parte clave del juego. Los tiempos cambiaron y no hay que temer salir de la zona de confort para probar cosas nuevas
- Compartir: en el pasado cualquier información adquirida era celosamente resguardada. Hoy la información se comparte, sirve para conectarse con otros y nos permite posicionarnos mejor
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